jueves, 28 de junio de 2007

casi nunca abro la puerta...

Tengo una adicción a esconderme entre tus cosas, a llegar cuando te vas y escribir con tu esencia que va de la cama al baño y de regreso a la cama. Entiendo que tú nunca sales de este cuarto, no mientras yo escribo que no escribo. Reconozco que tus demás duelen como mi insomnio, como tus alas caídas. Yo no sé si has besado mis lágrimas cuando duermo pero ayer no escuché tu llegada, o no lo recuerdo. Sé que discutía con los insufribles puntos suspensivos y que empezaba el décimo primer capítulo de mi Novela de Paso con un güisqui en la mano... sé, que el güisqui no estaba en la novela. Más tarde me debí de haber quedado dormido, pues hoy desperté desorientado a las doce del día. Seguía en tu cuarto. Imagino que llegaste, que nos matamos como todas las noches... que los vecinos llamaron y los mandamos a la mierda. Imagino que volviste con el corazón roto y yo parafrasee algo que dijiste hace algunas páginas; me gusta pensar que me arrancaste las pestañas mientras te mordía las uñas. Mientras tanto, suceden silencios y yo alucino el llavero argentino acercándose desde la estación del metro. Por eso me levanto y me sirvo un trago surcado para esperarte despierto.

4 comentarios:

hada asesina dijo...

espero... que el librito azul manda...que venga un mejor borrego... no sé que ha pasado con la voz de Pach. zombie enramado

Pach dijo...

que tristee.... que te habran hecho queridooo pepe...

Pach dijo...

no he desaparecido.. solo decidí dar una vuelta por mi escrupulusa mente... besos pachianos

Pach dijo...

quien te ha callado... acaso no hay mas que decir?