miércoles, 23 de julio de 2008

pphfff... (como cuando ronco)

Decidí volver a Emilia cuando ella ya no estaba. Un sábado a las tres de la mañana que salí del departamento de Rodrigo después de mandar a la mierda a todos mis amigos de la infancia. Supongo que el día que terminas por lanzarte al carajo debe ser en madrugada, sobre todo pasada una noche de las discusiones serias, de esos asinceramientos impensables de las personas que admiras: que Emilia no iba a regresar, que no puedes seguir fascinado con naderías y vueltas de tuerca, que las únicas coincidencias vienen de hacer y las desgracias siempre de la espera... que pasan los años y todos se alejan mientras tú retrocedes... y no porque tú retrocedas.
Entonces le alquilé el departamento a mi exnovia; le escribí la última novela a mi hija, eso era algo que tenía que hacer antes de regresar a la adolescencia de mis treinta y tantos; dejé con Pancho los pocos libros que nunca dejo; me corté el pelo y afeité la misma sombra de barba que tenía a los veinte, esa donde se hospedaban las pelusas de mis noches de poesía en tu Madrid de teatro -y cuando hablo de ti, no es de Emilia... ti y Emilia dejaron de ser la misma persona desde la publicación de mi Novela de Paso. Ti son todas, pero sobre todo tú-; todo llorando porque los amigos se lloran, más cuando todos quieren verte mejor menos tú mismo, en eso pasó una semana. (supongo que debería de empezar de nuevo y escribir que decidí volver a Emilia cuando ella ya no estaba. Una semana después de un sábado...)

3 comentarios:

hada asesina dijo...

he empezado: cartas de aqui a allá. sigues?

Neónidas: dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
hada asesina dijo...

como empieces de lento lo cancelo!