miércoles, 11 de julio de 2007

08-2006

Recibí la llamada y no dije mucho, qué cómo estaba, que qué tal la fotografía... que mi literatura ya se había cancelado. Aunque mi literatura no fue literatura, ni tampoco era mía y lo que fue se canceló cuando tenía diecisiete y mis cartas dejaron ser cartas para convertirse en casi-cuentos y después en intentos de poesía. Ella me contó que Madrid la estaba cansando, su beca se había terminado y que a pesar de que su papá le había dicho que por dinero no había problema, estaba pensando seriamente en regresarse a vivir a México, no a Querétaro, tal vez a Monterrey o al d.f. Ya no tenía novio y estaba rentando un piso ella sola. No salía con nadie de acá y se había aburrido del jamón serrano (creo que yo le dije que dos años eran más que suficientes para cansarte de todo, no me acuerdo, aunque yo tenía casi 21 años viviendo en la misma ciudad y de lo único que me había cansado era de mí mismo). Después nos despedimos, le pedí su dirección, su teléfono... lo que fuera para quedarme con la esperanza de poder comunicarme con ella alguna tarde revuelta... me dictó todo a su manera, suponiendo que yo tenía una pluma en la mano (que de hecho tenía, como siempre aunque no servía), rápido, como cuando te avientas de cualquier parte demasiado alta (la altura depende de la persona, no necesariamente de la altura de la persona) respiras, cierras los ojos y ya, como el tequila; aunque desde los quince no tomo tequila. Y yo sabía que no me iba a repetir nada porque cuando ella acaba de decir algo pasa de inmediato a otro tema, lo que fue, fue... lo demás se pierde en el acervo de conversaciones telefónicas internacionales... Apunté algo de lo que pude recordar en alguna página de Bolaño, el libro más cercano. Hacía diez segundos se había despedido mandando saludar a todos y prometiendo postales. Colgó sin que yo dijera nada... noté que seguía con la bocina en el oído cuando empecé a escuchar un beep intermitente.

2 comentarios:

hada asesina dijo...

emilia emilia emilia

Pach dijo...

me encnatooo... me apego a tu literatura