viernes, 2 de noviembre de 2007

2/4 del 2°

Hay que hacer caso "no hay tiempo para todo", pero la maldita sensación de rutina viene a reventar las cosas. Sales sólo para volver a entrar. Lo rescatable es que el departamento de Rodrigo está a dos cuadras de la estación y que se acabaron las cervezas, claro, sino seguirías con ellos. Ahora al metro y tú con dos seises encima y tres posibles excusas para tu retraso. La gente te voltea a ver como si llevaras una bomba en la mochila verde, aunque podría ser el olor a alcohol. Disculpe, disculpe... permiso, ¡no debes alejarte mucho de las puertas!, salir sería imposible. ¿Por qué siempre se citan a horas pico? Suerte que traes zapatillas, correr se complica demasiado con los carajos mocasines. ¿Seguirá esperando?, prometió que la próxima vez que llegaras tarde se iría y no volverías a saber de ella; y tú con la mejor historia de todas. Entiendes que estás haciendo un cagadero con la literatura queretana y te encanta. Bajas la mano para tocar la mochila verde, ahí sigue, sonríes... cómo pesan las hojas después de escribir. ¡Tienes que llegar, es el mejor cuento de todos y no hay rastros de Emilia! Logras salir del metro, subes las escaleras. Ahí sigue el McDonals, menos mal que nos invaden las franquicias -piensas-, ahora es mucho más fácil dar las direcciones. Corres hacia las mesas del café de enfrente. Tú eres de los que espera, ella no, ¿recuerdas? Tiene que estar ahí, no leerías eso a nadie más.

2 comentarios:

hada asesina dijo...

sin amenazas xo ya.

... dijo...

jajaja yo tambien lo leeria he...