jueves, 24 de mayo de 2007

Capítulo I (versículo I)

Este relato empieza como una canción de Arctic Monkeys. Igual dicen que el orden de los factores no altera el producto.

Santiago decidió correr el once de noviembre cuando salimos del funeral de Gilberto Fernández del Valle, tres semanas antes de que su familia lo mandara a una clínica de rehabilitación en Chicago, dos días después del peor pasón de su vida; Santiago empezó a esconderse después de decirme que ya no podía ser mi novio.
A la gente como mi novio, bueno mi exnovio sólo la puedes conocer en un momento de tu vida: generalmente el instante después de que te enteras que tu novio (el anterior), que ni es tan guapo, ni tan trabajador, ni tan decente, ni tan chingón en la cama, te ha puesto el cuerno desde hace tres meses con niñas que tu consideras más feas, pendejas y corrientes que tú. A saber, no llevabas más de seis meses con él. A los Santiagos los conoces cuando no quieres conocer a nadie, cualquier día que vas caminando con un hueco en el estómago del tamaño de tus pulmones.

3 comentarios:

... dijo...

que cagado que utilizaras ese apeido, fue por algo en espcial, by far mi favorito es el de emilia, que regrese a ser tu personaje me encanto

... dijo...

bueno personajes perdidos

... dijo...

soy yo si sabes no... clip