jueves, 26 de agosto de 2010

laberintismos

Ensayo I

Eres pensamiento recurrente desde siempre, compruebo el odio morboso a no ponerme atención y dedicarme a lo otro, lo demás... lo sencillo. Sucede que no puedo dejar de suponerte ni quiero. Noches bonaerenses, bares del sur, hoteles del mundo... primaveras infinitas de otoño en tus ojos de frío. Y no sé si lo que tengo es arrepentimiento o gusto atrasado. Gusto porque sé que eres tú, porque ahora te debo más que nunca sin sentirme culpable.
Anoche volví de mi letargo adolescente (como ves todo lo que soy viene con demora), y fue otro destello del migo... en la casualidad de los espejos donde jamás me he podido reflejar.
Y entiendo que debo luchar por salir de aquí antes de ahogarme, aunque por lo pronto me conformo con la ventaja en mi debo sobre esta inconstancia de cordura.

No hay comentarios: