martes, 29 de julio de 2008
Carta 1. de aquí para allá
Acá todo es muy distinto, acá no hay mar y las mujeres ríen demasiado. Cosas que me han ayudado a no pensar tanto en ti, bueno eso y la lluvia. Hace unos días que sí he pensado en ti, pero más porque no he podido estar con alguien desde hace tres semanas; el trabajo y los años... algo sabrás, y los días en que trato de pensarme con nadie para pasar las noches de insomnio apareces tú. Talvez por que eres la única mujer que... olvídalo.
Me gustaría saber si allá el tiempo sigue pasando igual de rápido. En cuanto salí de ahí sentí una especie de pausa, acá todos los meses son lentos menos octubre, octubre pasa encabronado. Aunque sí, sigo pensando en morir un otoño, pero soy cobarde.
Te cuento algo de mí: quisiera ver un cuadro tuyo.
Saludos,
Santiago
pd. No estoy muy seguro de poder seguir contestando... tiemblo de más, aunque confieso que tuve un momento irremediable cuando te leía.
miércoles, 23 de julio de 2008
pphfff... (como cuando ronco)
Entonces le alquilé el departamento a mi exnovia; le escribí la última novela a mi hija, eso era algo que tenía que hacer antes de regresar a la adolescencia de mis treinta y tantos; dejé con Pancho los pocos libros que nunca dejo; me corté el pelo y afeité la misma sombra de barba que tenía a los veinte, esa donde se hospedaban las pelusas de mis noches de poesía en tu Madrid de teatro -y cuando hablo de ti, no es de Emilia... ti y Emilia dejaron de ser la misma persona desde la publicación de mi Novela de Paso. Ti son todas, pero sobre todo tú-; todo llorando porque los amigos se lloran, más cuando todos quieren verte mejor menos tú mismo, en eso pasó una semana. (supongo que debería de empezar de nuevo y escribir que decidí volver a Emilia cuando ella ya no estaba. Una semana después de un sábado...)
sábado, 5 de julio de 2008
miento
lunes, 21 de abril de 2008
viernes, 8 de febrero de 2008
martes, 5 de febrero de 2008
IV
Guillermo decidió dejar de escribir cuando el grupo infantilista cambió la sede de su taller de poesía sin avisarle. En ese entonces los talleres de poesía con poetas habían desaparecido de Guadalajara y el único que se reunía esporádicamente era el de los infantilistas y al que sólo podías acudir si eras invitado por alguno de sus dos fundadores. Guillermo dejó de ser invitado a partir del día en que llegó bajo el efecto de un ácido mal cocido y le rompió la nariz a Pablo Nihl, uno de los dos fundadores, segundos después de que éste terminó de leer el cuasimanifiesto del seudomovimiento. Guillermo era el único del grupo que estudiaba literatura en una universidad privada y de los pocos que no veían el desarrollo artístico como una forma de rebelión social o de protesta política. Él llegó a los 19 años a esta ciudad con ganas de huída y de utilizar la fortuna de su casa antes de que fuera luego. Su familia tenía haciendas en el sur del país y se le relacionaba con el narcotráfico en casi todos los noticiarios del país. El único hijo varón de la familia Loreto Vaisa ocupó salir de Oaxaca tres días después de que su primo Francisco fue asesinado en el bar del Hotel Misión por un grupo de ex-agentes federales. Guillermo piensa que hablar de "ex" es como hablar de hubieras... pero al contrario.
viernes, 1 de febrero de 2008
Capítulo III (de VIII)
Este relato sucede, eso es todo lo que puedo decir, la necesidad de orden se destruye como los coquitos de Juan, como las jeringas del abuelo y el vino en tetrapack de mi hermana favorita. Existen espacios de la vida que parecen leídos con los dedos de los pies.
Lorena llegó al bar de los viernes media hora antes que la generación olvidada. Igual no hay mucho que hacer los viernes cuando eres estudiante de letras, sobre todo cuando llevas tres meses sin ir a visitar a tu familia y tu novio te acaba de dejar porque considera que tu fiesta es irresponsable y desconsiderada. Aquí los fines de semana empiezan en miércoles y no terminan en lunes necesariamente. El bar estaba vacío y Lorena caminó hasta la barra sintiendo las miradas de los meseros en su minifalda o en lo que dejaba ver su minifalda. Le gustaba saber que a sus veintitrés años podía salir de ese bar acompañada de quien ella quisiera. Llegó a la barra –no hay nada más sexy que una mujer en mini falda sentada en esas sillas altas del otro lado de una barra, bueno, talvez seria más sexy la misma mujer en el mismo lugar pero con un vaso de vodka con jugo de arándano- Saludó al barman y pidió una cerveza León, un salero y la mitad de un limón. En la rockola sonaba el final del séptimo minuto de Shine on you crazy diamond, - esa es una de las canciones que escuchas tanto que te aprendes por tiempo. De esas canciones con las que detienes la copa con la mano apoyada en tu rodilla izquierda mientras suenan las guitarras, no es tan fácil pasar 13 minutos sin tomar, aunque claro la canción termina invariablemente con un trago que acaba con todo lo que queda en le vaso- Lorena no había escuchado a Pink Floyd hasta que conoció a Guillermo.
martes, 29 de enero de 2008
confeti
-Bueno
-Eh, sí...
-Espera, ahora te la paso
-Pero... (Andrés trata de escuchar algo, algo que venga del otro lado del teléfono pero el sonido del tráfico en la calle no lo deja)
-Sí, Andrés... qué haces, ¿dónde estás?... qué gusto me da escucharte...
-No he dicho nada...
-Lucía te reconoció luego-luego...
-Claro
-¿Estás aquí?
-Sí...
¿Cómo andas?
-Igual, a veces pienso que me quedé estancado en los diecisiete. Quiero verte, ¿cómo estás?
-Bien, muy bien. Como que me regresó la contenticidad. Es bien raro como pueden cambiar las cosas de un día para otro, ¿no crees?
-...
-¿En qué piensas?
-En tus nuevas palabras
-Te las regalo
-Ya sé, a veces pienso que es lo único que me queda... esperarte como esperaba los regalos en mi cumpleaños.
-Eso es bueno, supongo.
-Contestas muy rápido, imagino que estás saliendo con alguien. Regresemos a tus palabras.
-No entiendo, yo sólo digo que puedes utilizar mis palabras cuando quieras.
-Gracias.
-¿Qué te pasa?
-No quiero decir “no sé”, mi psicóloga dice que todo lo contesto con eso... supongo que es una forma de evadirme.
-¿Evadir la realidad?
-No, a mí. Hace tiempo que la realidad me tiene sin cuidado.
-¿Por qué?
-No sé.
domingo, 27 de enero de 2008
check out
Cuando llegó intentó hablar con hada, pero parece que los mensajes telepáticos se confunden con la lista de llamadas internacionales. Ahí fue cuando empezó a llorar, pero tampoco lloraba por la soledad informativa, era la maldita espiral en la boca del estómago, la idea de no saber qué carajo está haciendo con sus años, que los mejores pretextos se le escapan. Llora porque llegó a su país y media hora después lo único que quiere es correr, cruzar otra frontera y empezar de nuevo. Siempre dijo que no sabía porque estaba jugando a niño de mundo si a él le encantaba ser niño de pueblo. Aunque quedan pocos niños de 24 años, eso es de dominio público.
miércoles, 16 de enero de 2008
trayecto
martes, 8 de enero de 2008
enviciación en toledo
Y ahora escribo un diario con tu nombre aunque a veces parezcas tú... Y van cinco días sin tocar la novela de paso porque me tiemblan los dedos. A saber, los dedos tiemblan generalmente cuando tiembla todo el cuerpo. Me encantaría saber que no hago daño, que no soy yo del que se tiene que cuidar la gente sino al contrario... me gustaría escuchar al viejo desocupado por la tarde. Tengo que hablar con mis hermanas en México, quitarles la impresión de este tango español.
martes, 1 de enero de 2008
2do.
Recorrí la ciudad siguiendo las torres de las iglesias durante 3 horas, cuando por fin encontré la oficina de turismo resultó que los mapas de la ciudad estaban agotados pero que me podían dar un folleto con las direcciones de los mejores restaurantes de la ciudad, a lo que contesté sonriendo que “no, muchas gracias... por mí que se la engrapen” –las maravillas del español sin terminas las frases guiñando un ojo-. Tengo que confesar que nunca he sido orientado y ahora veo fotos de una iglesia a horas distintas y claro que la iglesia no es la misma... por eso no me quejo de nada. Un viaje diferente, mis manos no dejaron de temblar en todo el día y yo paseaba como Jesús debió de haber caminado cuando se atrevió a caminar "sobre las aguas".
Ahora, en un nuevo puerto, estoy contando los labios que llevo en el movil, desesperando el año nuevo dos días antes. ¿Sabes que las bancas han dejado de utilizarse en los países primer mundistas?, aquí dicen que es por el invierno.
miércoles, 26 de diciembre de 2007
1. relato
Y a los fineses les parece curiosa mi apariencia, hasta yo me río de mí pues parece que voy a viajar a los Alpes en cualquier momento, que me adentraré en La Gruta del Toscano aunque los infiernos de Dante nunca me hayan interesado. Se ríen porque visten de negro, como tú antes de salir del piso, y a mí se me perdió la primavera queretana y soy un extravío de colores. Más aseguro mi regreso gris en cualquier barco que me vuelva pronto.
sartén es sartén...
lunes, 17 de diciembre de 2007
primero
viaje...
viernes, 9 de noviembre de 2007
4/4 +2
-¿Qué tal? – susurras cuando se levanta y te besa.
-vienes tarde...
-sí, ¿nos vamos?, esta mochila me está matando y necesito acostarme contigo.
-¿ahora?
-tú ¿quieres? –volteas a verla a los ojos.
-no
-puedo leerte algo –te tiemblan las manos, te sientas y sacas un papel arrugado de la mochila.
-si es Emilia, me marcho
-no, ahora no
-dámelo, quiero leerlo yo
-pero no vayas a gritar...
-prometo.
viernes, 2 de noviembre de 2007
2/4 del 2°
jueves, 20 de septiembre de 2007
5/6 (3 acá)
- Diez meses siguiendo algo que no se qué sea. Es para reírse. - dije distraído, como si alguien me lo susurrara desde el otro lado del mundo.
Entonces me levanté y te ayudé a pararte. En tu boca quedaban migajas de chips, vi tus labios rojos como tus mejillas, tal vez fue por tu miedo o porque así eran. Te besé a un lado de la nariz respondiendo tu pregunta sobre la república, después pasé mi brazo por encima de tus hombros preparandote para caminar como camaradas. En ese momento apareció la guardia civil por la esquina donde habíamos doblado hace apenas unos minutos. Yo me paralicé mientras tú empezaste a caminar hacia ellos con la bolsa de chips volteada sobre tu boca consiguiendo que cayeran los últimos pedazos que se escondían en el fondo.
Caminé. Nos acercamos, cinco de ellos avanzaban como marchando (que estupidez), el sexto corrió cruzándonos y se detuvo detrás. Cuando estaban a un metro de nosotros tú les sonreíste y yo le tiré un derechazo en la nariz al puerco que estaba más cerca de mí, no se lo esperaba y se fue hacía atrás, después bajé el otro brazo de tu hombró y salté sobre él. Tú giraste para patear al guardia en nuestra espalda. Los otros cuatro me cayeron encima a macanazos.
Cuando dos fueron por ti y te esposaron gritaste que viviera la república, yo intenté voltear a verte sonriendo, pero cuando me destapé la cara recibí un codazo en la boca que regresó mis manos a donde estaban. Después llegaron más puercos, tres te arrastraron hasta una patrulla y a mí me subieron en la parte de atrás de una camioneta gris. La caja iba vacía. Mientras avanzabamos pensé en mi vaso de güisqui y reconocí el error de llevar el libro en su lugar. Después quise decirte que si ellos aborrecían la república... yo aguantaría, aunque no supiera su significado.
viernes, 14 de septiembre de 2007
3/6 (3 allá)
- Tenemos que irnos...
Yo no dije nada, regresé a mi cuarto, cogí la bolsa de plástico donde guardo el dinero, y Plata Quemada de Piglia, sonreí pensando en nosotros sitiados por la guardia civil en algún departamento de cualquier edificio. Tú estabas parada junto a la ventana volteando hacia la calle aunque yo sabía que tenías los ojos cerrados.
- Vamos...
No terminé la frase cuando el sonido de las sirenas de las patrullas y las ambulancias coloreó la calle, de pronto me sentí ridículo. Eran las 12 del día, salimos de la pensión corriendo hacia la izquierda, tú tranquila mientras yo pensaba que haber sacado un libro en plena guerra civil no fue lo más inteligente... que lo cambiaría, junto con una de mis manos, por el vaso de güisqui. Siempre estuve atrás de ti y estoy seguro de que no podía correr más rápido, mis ojos a ti, tu espalda, tus piernas, tus Converses negros.